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La Fórmula del Éxito: Datos útiles, decisiones precisas

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PUBLICADO POR
Rodrigo Quintana
Gerente de Mejora Continua

¡Tengo demasiados datos!

El problema más grande al que se enfrentan las organizaciones de cara a la incorporación de tecnología de IA, es el desorden en la información y los volúmenes a veces descontrolados de ésta.

Implementar soluciones inteligentes en la actualidad sin tener datos pulidos sólo empeora la situación. No van a ayudarnos de por sí a “ordenar la casa”, sino que sólo van a automatizar el desorden. Evitar esto es uno de los principios de metodologías como ITIL, que sostienen la necesidad de optimizar los procesos antes de automatizarlos. Si no, las ineficiencias y defectos no sólo permanecerán, sino que de a poco saldrán del rango de control y nadie se acordará que siguen allí, impidiendo llegar a resultados óptimos y, aún peor, de manera automática.

Como cualquier construcción, las soluciones tecnológicas (y en particular la automatización de la mano de agentes inteligentes), requieren de bases muy sólidas para generar beneficios a corto (operativos), mediano (tácticos) y largo plazo (estratégicos).

Lo primero es entender qué son los datos. Estos no son más que eventos digitales, que al ser procesados toman sentido en forma de información. Es a partir de la información que empezamos a tomar decisiones; los datos tienen que ser sanos y ordenados para que la información generada sea útil.

Pero ¿qué es información útil, cómo la segrego de toda la información que manejo? Como regla podemos establecer que es aquella que está relacionada a los drivers de negocio. O sea, información necesaria para los procesos productivos y de toma de decisiones dentro de los modelos de negocio de cada organización. Cualquier otra información no hará más que introducir “ruido” a los sistemas inteligentes y de búsqueda de patrones, lo cual potencialmente induce a malas decisiones.

Esta es una realidad que cada vez impacta más fuertemente a organizaciones de cualquier tipo. Podemos encontrar ejemplos hasta en el deporte de alta competencia, como la Fórmula 1. Cada uno de estos autos cuenta con 300 sensores que envían 1.000.000 (sí, 1 millón) de datos cada segundo a los programas de telemetría en tiempo real.

Con dos autos en pista, cada escudería recibe 2 millones de datos por segundo que son analizados, en tiempo real, por sistemas inteligentes que entregan a los equipos predicciones sobre el comportamiento de las máquinas. Las decisiones en el pit son asistidas por estos sistemas y permiten ahorrar milésimas de segundo, maximizando el uso de los autos y las capacidades de cada piloto en búsqueda de la victoria. Ganar o perder la carrera depende de la interpretación y predicción que los sistemas pueden hacer en base a los datos.

Sólo con que parte de esos millones de datos no fueran relevantes, sería imposible lograr la exactitud necesaria en las predicciones que este “negocio” requiere. De otra forma, las decisiones pueden llevar al fracaso del equipo.

En definitiva, las organizaciones tienen un camino que recorrer para la incorporación de última tecnología que permita y facilite el camino a la excelencia operativa, reducción de costos y alta capacidad de escalabilidad en los procesos (y por ende en las organizaciones). Para ello necesitan entender los datos, identificarlos, ordenarlos y mantenerlos para que puedan ser consumidos de forma segura y óptima.

Hoy hay disciplinas académicas que nos ayudan a tener los conocimientos necesarios para apoyar a las organizaciones en este gran desafío. Vale la pena echar un vistazo a estas oportunidades ya que no estamos frente a un desafío de cara al futuro, es una necesidad de hoy.